martes, 29 de enero de 2008

Divididos, de la existencia crítica a la crítica de la existencia


Crítica de la existencia

Muchos artistas de rock suelen verse enfrentados con una paradoja que deben resolver: cambiar el estilo o morir, o bien cambiar y morir precisamente por eso. Es así que están quienes deciden cambiar y logran pervivir, como Divididos, y quienes no, y sin embargo logran subsistir, como en el caso de Los Ratones Paranoicos. Aunque es justo decir que de las dos actitudes siempre es más loable la de quien asume un riesgo.

En Divididos el cambio se enmarca en la crítica de la realidad circundante; como quien eleva la voz por primera vez para decir –cansado de su pasividad–, de un modo intransigente, “no”. Pero tal actitud incluye ubicarse de un lado u otro del terreno, asumiendo una responsabilidad moral en el hecho de juzgar tal o cual cosa, justamente, por carecer esta de dicha cualidad.

Frente a lo observado en todo el desarrollo precedente, puede pensarse que es a partir de este momento que Divididos asume el rol más característico del rock: la crítica.

A diferencia de lo expuesto anteriormente, donde la realidad era descripta desde una perspectiva existencial, es decir, desde la situación espiritual del hombre frente al mundo, ahora lo será sobrevolando algunas de las estructuras de poder que conforman parte de las causas de su situación social cotidiana, y criticando la influencia nociva de sectores como la Iglesia, el periodismo, la política y las compañías discográficas, entre otros, conformando un campo temático distinto del cual formaban parte canciones anteriores. Sin embargo, esto no impedirá que las ideas presentes en los discos se entrecrucen, y se llegue al caso de contaminaciones recíprocas que, no obstante, no llegarán por eso a modificar la tendencia principal que se intenta proponer. Tan es así que una canción como Puertas (Vengo del placard de otro, 2002), de claro perfil existencial, cuyo mensaje nos induce a un mundo laberíntico y siniestro –cercano al que supo escribir Kafka–, parece coincidir muy poco con la intención de crítica social que en general adopta el disco. Y aún mayor es el conflicto si se compara esta canción con Un alegre en este infierno (Vengo del placard de otro), cuya letra vislumbra una esperanza: “A estos hombres tristes / por favor no dejen de amar”.

En un plano similar, ¿De qué diario sos? bien puede estar integrando un disco como 40 dibujos ahí en el piso sin alterar el lineamiento general del mismo, que está mucho más cerca del conflicto existencial. Y de la misma manera, canciones como El burrito, Paraguay o Haciendo cola para nacer pueden formar parte de Acariciando lo áspero sin ubicarse por ello dentro de lo que llamamos existencia crítica. Antes bien, compartirán con Ala delta el cambio en la temática hacia un enfoque más pragmático sobre las circunstancias que hacen a la realidad actual del ciudadano.

Darío Maroño

1 comentario:

Max dijo...

Excelente, pensar que llegué acá por "Tajo c"...La aclaración que haces en relación "Puertas", es sencillamente excepcional. Gracias por la claridad aportada.