martes, 29 de enero de 2008

Luis Alberto Spinetta o la música de las esferas


Los tiempos de Jade

A 18’ minutos del sol (1977) es un disco de jazz- rock, craneado por la llamada Banda Spinetta, que sentó definitivamente las bases de una nueva explosión spinetteana: Spinetta Jade y la celebración del nacimiento de su primer hijo, Dante. El título, tal como lo explicara su autor, surge de un error matemático de diez minutos luz en el cálculo de la distancia que separa a la tierra del sol, efectuado por él mismo y Ricardo Miró, un matemático amigo, que fuera compañero de Spinetta en el colegio secundario. En efecto, el disco debería haberse llamado A 8 minutos 18 segundos del sol. Orientado hacia una estética etérea, instrospectiva e instrumental, que evoca un sonido “almendrizado”, se destacan tres letras: Canción para los días de la vida, Toda la vida tiene música hoy y Eternidad imaginaria.

La “alta poesía” de Canción para los días de la vida rememora el mundo de fantasía de los tiempos de Almendra (justamente, este tema formaba parte de la fallida ópera-rock inédita que Spinetta compusiera para Almendra), colmado de metáforas, comparaciones y descripciones nonsénsicas despojadas de adjetivación: hay gnomos de lata, duendes que nacen en el interior del sujeto y tienen “orejas blancas como un soplo de pan y arroz”, “un hongo como nariz”, “cuatro pelos locos”, “un violín que nunca calla” y “un corazón de mantel y batón”. Y también se plasma la representación de la luz en forma explícita y directa: “Tengo que aprender a ser luz/ entre tanta gente detrás”.

Por su parte, en Toda la vida tiene música hoy se representa la noción del artista que no crea de la nada, sino que toma prestadas melodías que se encuentran en el universo, que ya están en el aire y simplemente las ejecuta. La totalidad de las cosas que conforman la existencia es música, incluso, el silencio, tal como podría probarlo 4:33, del músico inglés John Cage, donde se ejecutan cuatro minutos y medio de silencio.

En Eternidad imaginaria se exhibe la idea de Dios, pero esta vez la dualidad belleza-dolor que Él generaba es salvada por la incorporación de la imagen de un dios de la guerra. Tres elementos se alinean y entrelazan: Dios (infinito y perfecto), la luz (destino final del hombre representado en el sol) y el tiempo (finito e imperfecto). Hacia el final, el texto adopta la forma de una profecía.

Con el arribo de 1978 todo estaba listo para grabar un disco con la Banda Spinetta que iba a llamarse Los espacios amados con una mayoría de temas instrumentales ya presentados en vivo en una línea decididamente jazzera. A cambio de ello, Luis Alberto Spinetta aunó bajo el nombre de Guitarra Negra un puñado de poemas que dio a conocer en lo que sería su primer y único libro de poesía publicado hasta hoy. Se articula en siete partes sin título y una octava denominada “escorias diferenciales del alma de la letra poética”. Los temas que atraviesan los poemas se relacionan con aquellos que horadan las letras de sus canciones: la idea de Dios en la naturaleza, la mirada hacia la mujer, el paso del tiempo, el amor, los paisajes, la recurrente figura del jardín, los viajes, el cielo, las ciudades, la muerte y la luz como representación de un lugar de paz. Todos ellos se conjugan en esta obra que desde su título evoca a los poetas malditos franceses. Son poemas decididamente surrealistas tanto desde el aspecto formal como desde su contenido, cuyo tono onírico exhibe el inconsciente y vuelve enrevesados muchos de sus versos. Un Spinetta de juventud, donde se funden la poesía y el problema crucial del ser y a través del que se expresa una zona del espíritu humano donde las dualidades vida-muerte, real-imaginario y pasado-futuro dejan de ser percibidas de forma contradictoria.

Belén Iannuzzi

1 comentario:

Anónimo dijo...

Todo esto es muy pojama peopleo. recordemos por favor la famosa frase del gran Frank, a quien (sin duda) el Flaco le debe más de un solo de guitarra: "some people do it / some see right through it / pojama people / if only they knew it".
Atajate ese penal.