lunes, 18 de febrero de 2008

Bersuit


Fábula de la recta y la parábola

La Bersuit llega a los oídos del gran público –"señoras pilates", DJs y toda esa gente que elige personal y minuciosamente los tomates pero confía a los medios la administración de su arte- con Se viene y Sr. Cobranza. El primero fue augurio y luego música de fondo para los saqueos de diciembre de 2001:


Se viene el estallido,
se viene el estallido
de mi guitarra ,
de tu gobierno, también. (Se viene)



El segundo, algo así como La marcha de la bronca adaptada para menematos y otro tipo de delitos. Recordemos: “Son todos narcos, son todo narcos”. Bien. Me interesaría elevar este ejemplo hacia la cúspide de un proceso poético que se desencadena –por poner una fecha grata al oído– hacia 1983...

En los tortuosos tiempos de reorganización nacional, cierta musa verde oliva auspició la metáfora como curva antipolicial. Con la llegada de la democracia, en franco respingo de panqueque, el rock presentará una poética de facto, de comunicación percutiva
. La palabra debe arrojarse, ahora importa menos el filo de sus contornos que su peso en bruto. Unos pocos se lanzan contra las articulaciones hipócritas, o le taclean el pie de apoyo a la salutaciones de embajada (Manos de Fillipi). La mayoría, en cambio, se complace en atacar los centros púdicos, en la demagogia adolescente, en el fácil aplauso que auspicia el porro.

Como dos amantes que recorren cierta gradación obscena para mantener el estímulo, la poética del rock apeló a un mayor voltaje, y así las metáforas narcóticas de antaño terminaron por desembocar en el desempolvado estribillo “Cocaína, cocaína, yo me voy para Bolivia” (La Renga). En este mismo sentido, la Bersuit invita a aquellos “hombres de hierro que no escuchan el dolor” a retirarse: “Váyanse todos a la concha de su madre”. Este proceso de cansancio, de desaliento imaginativo, fue encarnado por Bersuit tempranamente. Ya en el ’89, uno de sus temas colabora con nuestra tesis: Como nada puedo hacer, puteo.

Esta poética, que dimos en llamar de facto, se desarrolla por inversión con la llegada de un gobierno retórico, de un gobierno del que podríamos decir –si se nos permite tal rebaja en el precio del adjetivo– que es poético: manipula imágenes para sus e-lectores, elige le mot juste que encabezará el afiche, etc. Por sano afán de simetrías, la democracia, un dominio siempre atento a la adjetivación que encubre, a la paráfrasis que enreda y a las digresiones que huyen, motiva la ofensa desnuda:

Hijos de puta en el congreso,
hijos de puta en la Rosada
y en todos los ministerios. (Sr. Cobranza)


Dicen que la recta es el camino más corto; ok, pero la parábola es la estrategia del buen arquero: su flecha conoce de física; considera la gravedad, sabe que el aire logra cansar el movimiento eterno. Comprender la atmósfera espesa que separa al pan de lo que llamamos pan y al vino de lo que llamamos vino es condición ineludible para dar en el blanco.

En el mal sexo y en la peor poesía, la escalera de la obscenidad es finita (¡Dios salve la curva del erotismo!), su punto culminante es la crueldad, el asesinato (el snuff: que es una autopsia adelantada). Más o menos temprano, la videocámara porno desemboca en rectoscopía, y eso es medicina: el cuerpo como pre-cadáver. Sabemos que a la larga, a la gente, es más divertido cogerla viva (un surrealista dixit).

Como postrero ejemplo del proceso que señalamos, y a modo de alarma ante su peligro de esterilidad, ante la desidia gritona de los simplones, es elocuente el contraste entre la discreta, pero al fin útil, insinuación masturbatoria de Federico Moura (“Tu imaginación / me programa en vivo”)
y la desplomada, dolida confesión del grupo Las Pelotas (“Si cierro los ojos y pienso / cuántas veces te quise tener / y ahora que no se me para / empiezo otra vez).

El proceso no fue inmediato. Retirado el enemigo, el rock se toma un relax pop en las aguas efervescentes de Soda Stéreo, se divierte en un motín de kiosco con Los Twist, se afemina con Virus.

Matías González

5 comentarios:

Filth_Pig dijo...

Felicitaciones. Muy convincente el analisis y el sentido del humor.
Espero que haya contacto entre nuestros blogs.
Saludos.
Ing. Apolinario Edgardo Muñiz

juli dijo...

La agudeza de las observaciones del autor supera con creces su objeto de estudio. El texto parece tener una sólida estructura, y nos ciegan pequeños brillos fulgurantes que llamaremos, menospreciándolos, ingeniosos. ¿Hay más textos disponibles de un autor que es, para mí, desconocido?
Amables saludos.

Anónimo dijo...

El Tema "Señor Cobranza" es un cover! El autor es Hernán de la Vega, de Las Manos de Filippi. ¡Me analizás la poética de una banda a través de una canción ajena!!! Ok, no tienen una canción propia como la gente... Coincido con el comentario de juli acá arriba, Matías, escribís mejor que ellos.

Anónimo dijo...

Nico. el texto es un extracto. En el libro queda explicada la autoría y hay algunos comentarios del autor hacia el grupo las manos de filippi. aparte las manos es el único grupo que parece simpatizarle. solo simpatizarle. porque respetar no respeta a ninguno.
Me gustaría que el autor nos conteste.

Belén dijo...

anonimo: soy una de las autoras del libro. que es lo que queres que el autor te conteste?