viernes, 22 de febrero de 2008

Soda Stereo: La vidriera posmoderna



Al recorrer la obra de Gustavo Cerati descubrimos, más allá de los rasgos estilísticos de cada época y de las diferentes situaciones de creación a las que arriba como compositor, que hay una temática que se repite siempre. Sin negar otras preocupaciones sobre las que también compuso, vemos de manera destacada en su creación poética los temas del amor y la mujer. Respecto de esta fascinación de la que hacen eco sus versos, Cerati nos dice:

[...] yo veo a las mujeres como reinas, tienen un sentido más profundo y más simple de la vida, aunque generalizar es terrible. Necesito escucharlas mucho, dicen cosas mucho más importantes a pesar de todo el cotorreo.[...]Son más sencillas. Recupero gran parte de las cosas importantes de la vida a través de ellas. Tengo una fascinación muy grande. Todas mis canciones hablan de mujeres de una forma u otra.[...] Son un puerto en sí mismas, pero como todo puerto tiene salida al mar. Te relacionás con el mar, y con las profundidades y con la luna, no lo puedo disociar de eso. (El Planeta Urbano, junio de 2000, p. 48-49)

Esta temática persiste con fuerza en la obra de Cerati, de la misma manera que su poética persiste como hija de la música. Toda canción que fue escrita para ser escuchada y no leída está sujeta a una estructura musical, pero en el caso de las canciones de Cerati, no sólo persiste una indisolubilidad entre partes, sino que además vemos nacer la poesía de la misma música. Cerati lo resume con claridad:

[...]hago la música primero y la música tiene una cantidad más o menos dirigida de emociones. Después trato de traducir con las letras. Por eso es que no tengo mucha capacidad para escribir historias, sino para describir esa emoción y tratar de que no se me vaya. (El Planeta Urbano, junio de 2000, p. 4)

Podemos decir que la poética de Gustavo Cerati es descendiente directa de la música y ambas de la posmodernidad. En las letras se ven reflejados los valores esgrimidos de esta última y una tendencia estética propia de estos tiempos. El lenguaje literario posmoderno se esparce en aplicaciones alternativas como el montaje, la ruptura secuencial, la pérdida de la linealidad, la fragmentación de los contenidos, la simultaneidad de enfoques o el juego fónico como búsquedas de nuevas expresiones. En Cerati reconocemos estos recursos estilísticos propios de la época. También a ésta la vemos reflejada en los contenidos temáticos del autor que revelan el perfil cultural de esta sociedad en que se desarrollan procesos como el individualismo hedonista, la cultura de la posesión material, el consumo liviano de prácticas religiosas orientales –en las que se destaca la divinización del cosmos— la indiferencia y el vacío existencial. Estos procesos propios de la posmodernidad aparecen en los temas sobre los que compone Cerati pero también aparecen en los que no compone: no encontramos en este autor temas dedicados a lo social, a lo político o a lo ideológico. Esta omisión es tanto más representativa que los temas sobre los que sí ha escrito. Es por ello que podemos afirmar que la obra de Cerati está profundamente ligada a estos tiempos, de allí su indudable valor representativo. Cerati no ha escrito sobre la fugacidad de la vida, ni sobre la vejez. La infancia y la pobreza no son temas sobre los que trate. Tampoco los avatares políticos, sociales, culturales o artísticos. La amistad y la familia, la enfermedad y la muerte, entre otros posibles tópicos, no surgen –al menos con una notoria presencia— de su obra y esto está en franca relación con estos procesos de los que hablábamos, los que se dan con fuerza en las sociedades de Occidente principalmente a partir de la década del ochenta.

A estos predominios temáticos se les encuentra una razón de tipo cultural que muy bien ha definido Gilles Lipovetsky, quien ha sostenido en La era del vacío que la originalidad de lo posmoderno radica en que lo individual predomina sobre lo universal, lo psicológico sobre lo ideológico, la comunicación sobre la politización, la diversidad sobre la homogeneidad y lo permisivo sobre lo coercitivo. Existe en la poética de Gustavo Cerati una marcada delimitación temática. El amor, la mujer y el sexo son sus principales obsesiones. A través de estos tres principales temas se traslucen otros, que siempre son un eco del pensamiento y el sentir del hombre posmoderno.

Karen Koch

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Es una lástima que acá también se caiga en el estúpido lugar común de que Cerati no escribe sobre “lo social, lo político, lo ideológico” ni sobre “la fugacidad de la vida, ni sobre la vejez, la infancia y la pobreza”, “la amistad y la familia, la enfermedad y la muerte”. Insistir en esa boludez es no haber escuchado (o no haber entendido) la fina poética de uno de los letristas más deliciosos del país. Que la lírica ceratiana no sea explícita como la de Gieco o guarra como la de Bersuit no significa que no abarque temas fuera de “el amor, las mujeres y el sexo”. Sostener lo contrario es no haberles prestado la suficiente atención a, por ejemplo, las siguientes canciones:

•“Dietético” (1984), Tema-presentación de Soda, con un corito muy sugerente para la primavera democrática: “El RÉGIMEN se acabó, se acabóoo…!”
•“Ni un segundo”, ácida crítica a la cultura posmoderna de la inmediatez.
•“Un misil en mi placard”, una mirada kafkiana a la guerra de Malvinas.
•“Nada personal” (85), sobre la frialdad y la superficialidad.
•“Ecos”, vacío existencial que reíte de Jean-Paul.
•“Sin sobresaltos” (86), precisamente acerca del compromiso con la realidad.
•“Picnic en el 4to B” (87), hmm, ese picnic no es de comida…
•“En la ciudad de la furia”, versión porteña del mito de Ícaro.
•“(En) el séptimo día” (90), el caos y el cosmos.
•“Luna roja” (92), sobre el sida.
•“Nuestra fe”, mística pura.
•“Tu medicina”, desgarradora descripción de la agonía de su padre.
•“Zona de promesas” (93), sobre el perdón y la redención personal.
•“Planeador” (96), hmmm, esas nubes no son de agua…
•“Bocanada” (99), una oda al pucho… ¡sin nombrarlo!
•“Beautiful”, sobre la paz post Soda.
•“Verbo Carne”, sobre Jesucristo.
•“Sulky” (02), sobre la vejez y la sabiduría de la experiencia.
•“La excepción” (06), sobre qué es el rock hoy (“it’s better to burn out than to fade away” decía Neil Young, Cerati responde “y que durar sea mejor que arder…”)
•“Me quedo aquí”, sobre la crisis de 2001 y los que se fueron.
•Etc, etc.

Karen Koch, pegale otra escuchada a Cerati, que te estás perdiendo algo muy grosso. Saludos.

Nico

PD: Stereo no lleva tilde.

Anónimo dijo...

che, nico, por que no te escribis vos tu ptopia poetica? bah... una que sea igualita a lo que vos pensas.

Anónimo dijo...

wau

Hacia un tiempo había leído ese texto y me había olvidado lo bien que escribís.

Me encanto


No creo que lo que aporta Nico, que esta bien y es una excelente data, se le haya escapado a Karen. Ella habla de la poética de Cerati en general como compositor...y para mi es la misma.

Es esa poética la que prevalece.

Por lo menos es lo que me parece a mí.


Saludos y exito con el libro!

Anónimo dijo...

Querido Nico... (ignoro tu apellido):
Muchas, pero muchas gracias por tus tardíos consejos. Te voy a retribuir con otro: leé el capítulo, porque es muy evidente que no lo leíste. En el Blog figura un listado de librerías donde lo podés conseguir.
Gracias totales por tu amabilidad
Karen
PD: Ya sabemos que Stereo no lleva tilde.

Anónimo dijo...

Me parecio excelente el articulo de Karen Koch ,que es el que lei por ahora.Muy bueno el analisis,muy bien escrito,tanto apto para entendidos,como para no entendidos, es claro,concreto y muy agil y entretenido de leer,sin caer ni en la pedanteria ni en la subestimacion al lector.

Anónimo dijo...

Si,realmente es muy bueno. Pero todo el libro es muy bueno,y marca un antes y un despues puesto que no habia ensayos sobre la poesia del rock que no fuesen hechos desde lo periodistico.

Saludos, Marcos.

Anónimo dijo...

Yo creo que Cerati como letrista de cansiones es medio mediocre pero buehhe esta bueno que lo analisen asi uno tambien aprende un poco sobre eso

Belu!!

Anónimo dijo...

canciones va con C, cachorra.

Anónimo dijo...

Disculpen el comentario, pero cerati es un libro de 2000 paginas, no se puede hablar de 200 nada mas, porq se omitirian muchas cosas. ah, y por favor a la que escribio que las letras de cerati son mediocres, te agradeceria que me dijeras que letrista te gusta, como para comparar nada mas...

Anónimo dijo...

Cerati es sumamente mediocre como compositor, te lo vuelvo a repetir, y además respondo a tu pregunta para que puedas comparar y madurar:
- Spinetta
- Luis Aute
- Joaquín Sabina
- Bob Dylan
- Ismael Serrano
- Gustavo Nápoli

Sólo algunos ejemplos. Hasta la próxima.

Anónimo dijo...

Estimada Karen Koch: ¿Podrías explicarnos por qué, aunque gran parte de tu artículo sea una transcripción literal de "Todo Vale" de Darío Quintana y Eduardo De la Puente (editado en 1986, ampliado posteriormente y actualmente agotado en todas sus versiones, lo que te habrá dado cierta tranquilidad para realizar semejante operación creyendo quizá que nadie lo advertiría)JAMÁS lo citaste y, mucho peor, NO LO MENCIONÁS NI SIQUIERA EN LA BIBLIOGRAFÍA?
Aunque más no sea como antecedente de lo que vos intentás hacer (un análisis de la poética del rock, en especial, de Soda Stereo), deberías haberlo mencionado, pues es una obra pionera en Argentina en ese abordaje, más allá de sus múltiples carencias. Es indiscutiblemente un antecedente, lo usen o no, de lo que tu profe propone en su compilación de artículos en la cual participaste.
De maduro cae que si existen muy pocas antologías analizadas de la poética rock, deberías haberte referido a alguna, pues tu trabajo no sale de una galera mágicamente, se inscribe en una tradición que viene constituyéndose, al menos, desde 1986, con el libro "Todo vale". No sugiero ni siquiera que te refieras a todos los que existen (que igualmente son muy pocos y 1.- no te hubiera demandado demasiado tiempo hacerlo y 2.- deberías haber leído para encarar un proyecto con pretensiones de investigación), pero sí, al menos, al primero en su género. Y mucho más imperioso se vuelve aún que menciones a aquel del cual has extirpado casi todas las ideas para hacer el refrito que es tu trabajo, que mucha vergüenza debería darte. Y mucha más, claro, a tu profesor, que es corresponsable.

Usted, Señor Oscar Conde, quien de ninguna manera podría pasar por alto las claras "relaciones intertextuales" (por decirlo elegantemente)entre una obra preexistente y fundante en el campo de análisis de las poéticas del rock y el artículo de su alumna, ¿qué tipo de rigurosidad epistemológica transmite a sus alumnos y legitima autorizando semejante desmán e incluso avalándolo con una publicación institucional? ¿No le parece un acto terriblemente patético, no sólo por parte de su alumna, que bien puede pecar de inexperta, sino más gravemente por parte suya, en quien la comunidad científica deposita su confianza en cuanto a vigilancia epistemológica y ética en los trabajos de sus alumnos?
Ese artículo, y por lo tanto, ese libro, es una vergüenza y un insulto a todos los investigadores que trabajan día a día con rigurosidad, respeto y responsabilidad.